El juez Elpidio Silva vuelve a sacar la artillería pesada. Acudió, voluntariamente y por cuarta vez, al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, pero con la diferencia de que esta vez sí declaró.

Y lo hizo durante seis horas y media por la querella que le puso la Fiscalía, en la que le acusa de prevaricación, al haber metido dos veces a Miguel Blesa en la cárcel. El abogado de Silva dijo a la salida que "la fiscalía de Madrid tiene muy difícil explicar por qué se persigue al juez y no al delincuente".

Silva insistió en que actuó muy bien cuando envió a prisión al expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, por el evidente riesgo de fuga y por miedo a que destruyera pruebas, unas pruebas tan importantes como los 8.870 correos electrónicos de Blesa.

"Se ha justificado que de los correos electrónicos existían toda una serie de indicios de criminalidad, no solo de los delitos que se estaban investigando sino de algún otro posible delito y que además existía un riesgo evidente de alteración de pruebas y que ese riego venía determinado por las altas relaciones que pueda tener el señor Blesa".

Silva y su abogado, ya avanzaron en un escrito al juez, parte del contenido de esos correos de Blesa, como el que involucra a Aznar en la compra de armas.  El abogado de Elpidio destacó que Miguel Blesa hizo amistades muy importantes en su época de presidente de Caja Madrid.

"Como presidente de Caja Madrid ha tenido relación con el que era alcalde de madrid, Alberto Ruíz Gallardón y que en estos momentos el ministro de Justicia hasta y sobre todo la relación que tiene de amistad y que ya reconoció con el presidente señor Aznar".  Aznar nunca ocultó su amistad con el exbanquero.

El juez Silva y su defensor insisten en que, como acusados, deberían tener acceso a esos correos porque en ellos está la prueba de los supuestos delitos de Blesa. E incluso Silva dijo que vio mails que vinculaban a Blesa con la GÜrtel, unos correos referentes al abono de facturas por parte de Caja Madrid a la 'trama Gürtel'. Elpidio volvió a contar al juez, como reconoció en Más Vale Tarde,  que recibió presiones mientras instruía la causa de Blesa.

El juez Elpidio Silva está apartado de los juzgados hasta diciembre y se juega su carrera judicial. Piden para él 40 años de inhabilitación por prevaricación, retardo malicioso y contra la libertad individual por mandar dos veces a prisión a Miguel Blesa.