Lubitz fue tratado hace varios años también por tendencias suicidas, durante un largo periodo de tiempo, antes de obtener la licencia para volar.
Una de las cosas que se conoce de su perfil es que ocultó a la empresa donde trabajaba las bajas laborales como en la que se encontraba el día del accidente.
En los registros se han encontrado abundante documentación que refleja este hecho. Un parte médico hecho pedazos fue encontrado en la papelera de su habitación. Lufhtansa no lo sabía.
Su obsesión por volar era tal que desde muy joven, según medios alemanes, tenía su habitación forrada de aviones y logotipos de Lufhtansa, lo que haría indicar su obsesión por la compañía.
Vario médios alemanes elevan su historial médico a otros factores, como por ejemplo las redes sociales, donde escondía su comportamiento a través de fotos de viajes y haciendo deporte.
También se apunta al síndrome de estar quemado lo que supone una fuerte depresión como han demostrado los medicamentos que se han encontrado en los registros. Lubizt tenía que renovar su licencia en verano pero todos estos factores en contra incluido un desprendimiento de retina que le impedía también volar.