Carlos Fabra ha anunciado la venta inminente del aeropuerto de Castellón, uno de los grandes emblemas de la 'España del despilfarro'. Fabra, expresidente de la diputación de Castellón y presidente de la empresa que gestiona el aeropuerto, ha afirmado que lo va a vender a un grupo empresarial liderado por inversores libios. Esta empresa dice que creará al menos 1.200 puestos de trabajo.
El aeropuerto de Castellón ha costado alrededor de 150 millones de euros. Aunque en los últimos años no tiene actividad de ningún tipo, se han gastado 30 millones de euros en publicidad. No hay aviones, pero sí se ha contratado un servicio de hurones y de halcones. Además, la Generalitat pagó 300.000 euros al artista Juan Ripollés por una estatiua inspirada en Carlos Fabra en la rotonda de entrada al aeropuerto, obra que en su día fue muy polémica.
Ni funciona ni ha funcionado nunca, pero la Generalitat se gasta 300.000 euros al mes en el mantenimiento de las instalaciones.