Carlos Fabra es el político al que más veces le ha tocado la Lotería. Lleva mucho tiempo retratándose con sus polémicas declaraciones. Su seña de identidad, las gafas de sol. Fabra sintetiza todas las carácterísticas del cacique de manual. Un tipo de trato cercano, simpático en las distancias cortas, que se transformaba cuando hacía política en la Diputación.

No le gustan los periodistas críticos, y no duda en hablarles con desprecio o darles lecciones de periodismo. No era difícil escuchar de su boca insultos dirigidos a la oposición y a sus rivales políticos.

Fabra ha ejercido un control absoluto sobre Castellón en las últimas décadas. Eso debido a una red de votos tejida a base de favores. En total, Carlos Fabra ha presidido la Diputación 16 años. Tiempo suficiente para manejar 'grandes proyectos' para la provincia.