Aguirre ha repetido por activa y por pasiva que es "una especialista en los terceros grados", y que "de los más de 400 consejeros, secretarios y alcaldes nombrados por Aguirre, sólo le han salido 'rana' dos".

Las dos ranas que le salieron a Esperanza Aguirre fueron Alberto López Viejo, consejero durante cinco años, y Francisco Granados, quien llegó a ser su número dos durante más de ocho.

Granados está en la cárcel como cabecilla de la trama Púnicade haberla "engañado", mientras que López Viejo se enfrenta a una petición de más de veinte años de cárcel por la Gürtel, aunque Aguirre saca pecho recordando que "fue cesado antes incluso de ser imputado".

Aguirre afirma haberlo destituido ella misma inmediatamente, pero la hemeroteca guarda otros datos, ya que en 2009, ella misma agradeció a López Viejo su "renuncia".

También difieren las cifras, porque donde Esperanza Aguirre ve dos altos cargos que le salieron rana, la oposición, en palabras de Antonio Miguel Carmona, apunta 22. Una lista protagonizada por dos macrooperaciones judiciales, la trama Púnica y la red Gürtel.

Aunque en el documento de Carmona también aparecen delitos de prevaricación, urbanísticos y contra el medio ambiente, asegurando que "la lista es larga".

La candidata a la alcaldía de Madrid dice que se sumaría a esa lista de 22, porque ella misma es la primera imputada si aceptan la querella impuesta por Pablo Iglesias.

Preguntada por si llevará en sus listas a Ignacio González, después de ser investigado por el ya famoso ático de Estepona, su respuesta es "romper una lanza a favor de González", pero que no irá por si acaso se le queda pequeño el puesto de concejal.

La candidata a la alcaldía de Madrid pone la mano en el fuego por el presidente de la Comunidad, y lo hace el mismo día en el que Ignacio González vuelve a la primera plana informativa.