Botwuana destapó la caja de los truenos con un suspenso de popularidad a cuestas. Por primera vez, a finales de 2011, la Casa Real tenía a uno de los suyos investigado por Anticorrupción. Ni más ni menos, que el yerno del Rey con el famoso caso Nóos.

El caso Nóos entró en tromba en Zarzuela y por la cuesta que subió y bajó dos veces Urdangarin, se vio finalmente a la infanta Cristina. Y para colmo, durante los últimos años, donde más les han visto públicamente ha sido en el hospital. No una, ni dos, sino hasta ocho veces en tres años.

Con un rey agarrado a su muleta, desde Zarzuela intentaron tapar cualquier rumor de abdicación. Como explicaba el 23 de septiembre de 2013, Rafael Spottorno, exjefe de la Casa Real.

Incluso calzándolo en el mensaje de Navidad, el propio don Juan Carlos negó tal posibilidad. La firmeza en su decisión se apagaría apenas unos días después. Porque si bien Zarzuela achacó a la luz un discurso donde se podía ver al Rey balbuceante, el propio Don Juan Carlos confesaría un año después que este fue el momento decisivo.

De ahí, en adelante, se puso en marcha la 'Operación Relevo'. Toda una estrategia cuidada al milímetro y sobre todo en secreto durante cinco meses. El día D fue justo hace un año. Mariano Rajoy anuncia que el rey de España renuncia al trono en favor de hijo.

Rajoy era uno de los pocos que sabía todo. Telonero de un rey que tres horas después lo contaba en persona: "A mis 76 años creo que debo preparar mi relevo". En poco más de seis minutos don Juan Carlos ponía fin a 39 años de reinado. Una decisión histórica que terminaría con un cambio de silla y dos reyes presentes.