Mario Costeja fue uno de los primeros españoles que le pidió al 'Rey de los buscadores', Google que borrara una información relativa a un embargo que se le realizó y que dicha información colgada en la web le afectaba profesionalmente.
Google no contestó y así empezó la peregrinación de Mario que acabó hace un año con una sentencia de un juez: "Google está obligado a eliminar de la lista de los resultados obtenidos..."
Una de las lagunas del derecho al olvido, es que los fallos solo obligan a borrar los enlaces, no las informaciones publicadas.
Más de 65.000 españoles en el último año han pedido que Google borre sus datos, pero solo se han acogido un 36,5% de las peticiones, porque las informaciones no son de interés público.
Un hombre condenado por dañar un monumento y que ya pagó la multa, un funcionario de instituciones penitenciarias, un médico primero condenado y luego absuelto, son algunas de las peticiones que han llegado a Google en este tiempo, todos en busca del olvido.