¿Eres de los que piensan que reciclar no sirve de nada, que es un negocio o que se pierden puestos de trabajo por hacerlo? Más Vale Tarde ha desmontado los cinco bulos más comunes sobre el reciclaje.
El primero de ellos es el lucro de las empresas. No es cierto que las empresas aprovechen el esfuerzo de los ciudadanos reciclando, sino que son las empresas las que costean los gastos derivados del proceso de reciclaje.
La prueba está en el 'punto verde', un símbolo ambiental que se encuentra en todos los contenedores y que rige el principio de que quien contamina paga: en los envases es Ecoembes, pero también existe en pilas, papel o vidrio.
También existe el falso mito de que, después de reciclar, en la planta "se junta todo". Tampoco es cierto. En las plantas de selección se realiza una de las labores más importantes del ciclo de reciclaje. Cada vez que se recogen los residuos del contenedor amarillo se trasladan hasta una de esas plantas de selección, donde se separan los diversos tipos de envases para enviarlos a la empresa recicladora correspondiente.
Otra de las falsas creencias más extendidas es aquella de que los envases acaban en el vertedero o tirados en el medioambiente. Lo cierto es que para que la naturaleza esté limpia de plásticos el proceso de reciclaje se audita de principio a fin con el objetivo de garantizar que todos los envases que arrojamos al contenedor amarillo acaban en el lugar adecuado: ni un vertedero ni espacios naturales.
Pero también hay bulos que suenan a excusas: como por ejemplo, ¿para que molestarse en reciclar si no se hace nada con esos materiales? Lo cierto es que muchos de los objetos que utilizamos en nuestro día a día están hechos de materiales reciclados. Por ejemplo, nuevos envases, tuberías e incluso bancos de la calle.
Además, hay quien piensa que reciclar quita puestos de trabajo. Sin embargo, nada que ver: reciclar bien aumenta el empleo, además de disminuir el impacto ambiental.