Hay un tópico que dice que el capitalismo es una selva. Aceptada esa comparación, una persona se comporta como el depredador más temido, un exprofesor de una de las mejores escuelas de negocios de Europa, Diego Torres. Su presa favorita sería Iñaki Urdangarin.

Así es como se comportan uno y otro. Durante los años como socios, uno fue estudiando al otro, esperando el momento, guardando todos y cada uno de sus correos. Por eso, cuando el diario 'El Mundo' publica el préstamo de 1,2 millones del Rey a su hija, Torres enciende sus discos duros, porque él sí los ha conservado, y busca, y rebusca, se traslada virtualmente hasta junio de 2004 y encuentra un correo.

Un correo que se titula 'proyecto económico-financiero de la vivienda de Elisenda de Pinós, 11-13'. Es decir, la vivienda de Pedralbes. Se trata de un e-mail enviado ese año por el asesor fiscal de Urdangarin a un funcionario del Cuerpo Superior de Gestión Catastral.  En él, el yerno del Rey detalla el precio de la vivienda, reformas incluidas, y, atención al detalle, apunta como "donación" la cifra de 1,2 millones de euros.

Una cifra que coincide con la del préstamo que les hemos explicado. Casualidad o no, lo curioso es que Urdangarin lo apunta dentro de la lista de "ahorro". Un préstamo no implica ahorrar porque se tiene que devolver.

En cualquier caso, el maestro no tardó nada en hacer llegar la información al juzgado número 3 de Palma de Mallorca, el que investiga el 'caso Nóo's.

Ahora queda averiguar hasta dónde llega la información de Torres y si responde a su estrategia de presión y chantaje. Por otro lado, queda comprobar si Hacienda ha acreditado la explicación de la Monarquía del préstamo, sobretodo al motivo por el cual Urdangarin lo anotaba como "donación".

Torres también quiso recordar que llevan dos cuotas impagadas, aunque tiene una carencia de cuatro años con el banco. Pero no se trataría de la primera operación ficticia de crédito: la fiscalía ya detectó una por valor de 400.000 euros entre los duques y  el matrimonio torres-tejeiro. El mensaje lo envía el contable del duque, Marco Tejeiro, al funcionario especialista en gestión catastral, Federico Rubio.