Henry firma cada semana en comisaría por su situación irregular en España, pero la última vez fue diferente. Le retuvieron y le dijeron que había un avión rumbo a Nigeria esperándole en Madrid, y fue entonces cuando su mundo en el pueblo de Álcantara, Extremadura, se vino abajo.

La delegada del Gobierno de Madrid, con el aval de la policia nacional, ha conseguido parar la expulsión, ganando seis meses más en España. Su pareja, Carlos, afirma que "sólo nos falta un sello para poder casarnos". Para acceder a ese documento, debería acudir a su país de origen, pero podría ser detenido y condenado a cárcel, o incluso a pena de muerte.

Es el consulado español en Nigeria quien tiene que hacer el último trámite para que consiga la nacionalidad. En el país africano, la homosexualidad sigue siendo perseguida y duramente condenada. Si no llegase a regularizar su situación en España, podría ser deportado a su país.

Según la comisión española de ayuda al refugiado desde 2009 se han incrementado las peticiones de asilo en España por motivos de orientación sexual.