Así ha recorrido el camino hacia la aprobación de la LOMCE el ministro Wert casi desde el principio. Desde el inicio de la reforma de la educación al ministro no ha parado de salirle enemigos.

Bueno, sólo del todo no. Siempre ha contado con el apoyo incondicional de sus compañeros de clase, es decir, de su partido. Aunque en este largo y duro camino, también le han hecho compañía los gritos y abucheos de la marea verde, que no para de crecer.

Las muestras de desacuerdo de estudiantes, padres y profesores han sido constantes. Incluso los alumnos más brillantes le han dado la espalda. En cuanto a enfrentamientos políticos ha tenido casi a diario.

De los más sonados, el que provocó a raíz de estas declaraciones: "Nuestro interés es españolizar a los alumnos catalanes y que se sientan tan orgullosos de ser españoles como de ser catalanes".

Fue abrir la boca y crecerle los enemigos. Irene Rigau, Consejera de Educación de la Generalitat de Cataluña, asegura que "se preservan elementos que pensábamos que estaban superados".

Ni siquiera en su familia le han apoyado. En el mes de mayo su hermano Juan Pablo Wert, profesor de Historia del Arte,  impartía una clase en mitad de la calle en la que se manifestaba en contra del aumento de tasas universitarias."Nadie a quien le recorten las condiciones de su trabajo está de acuerdo".

Al menos, el ministro ya adelantó en julio que abandonaría la política cuando la ley saliera adelante. "Yo no voy a seguir en política después de este empeño". Y es que después de tanta guerra, es posible que José Ignacio Wert necesite unas largas vacaciones.