Hace una década, la economía española se codeaba entre la excelencia. "La economía española ha entrado en esta legislatura en la champions league de la economía mundial" dijo Zapatero en 2008. Y siguiendo con el símil futbolístico, la pelota dejó de entrar, la crisis marcó los tiempos, y la Champions League se alejó para la economía española.

Tras seis años de crisis, España ya no compite con las grandes economías y ha pasado de ser la octava del mundo a ocupar la decimocuarta en 2017. En una década, España ha perdido seis puestos a pesar de las advertencias que se lanzaban entre colegas europeos.

Para el FMI, que es quien elabora este ranking basándose en el PIB, España se aleja de la cabeza por dos motivos: una economía estancada y un paro que no solo ha aumentado en millones de personas, sino que ahora no decrece con fuerza. "En primer lugar, España es un país con un altísimo nivel de paro, sobre todo desempleo entre los más jóvenes" dice Christine Lagarde, directora gerente del FMI.

Si en 2007, España se encontraba por delante de países como Canadá, Brasil, India o Rusia, hoy, sus economías están en mejor posición que la española sobre todo por su mayor competitividad y diversificación durante el último lustro. Eran fechas de vacas gordas en las que España crecía una media del 2,6%, por encima de los niveles en los que lo hacían otras economías europeas.

Nuestro paro no llegaba al 9% en 2007 y las previsiones apuntaban a una situación económica esplendorosa. Diez años después, el FMI pronostica que la economía española apenas crecerá un 1% y el desempleo no caerá del 21% hasta 2019. "Debemos pues modificar nuestras previsiones económicas y de empleo para el próximo año" dijo Rajoy. 
Sin embargo, el Fondo es algo más optimista a partir de 2017. Aunque sigue alertando de un claro ejemplo de estancamiento económico, es a partir de entonces cuando cree que España puede recuperar posiciones en este ranking.

Hasta entonces, España no solo se conformará con cotas más modestas que la Champions League, sino que son otros países los que ahora presumen de la excelencia que antes tenía la economía española.