El 7 de mayo de 2012 Rodrigo Rato anuncia su dimisión al frente de Bankia tras meses de ataques de los mercados y propone a José Ignacio Goirigolzarri como su sustituto.

Dos años después, se ha conocido que Estados Unidos tuvo mucho que ver en este cambio de timón. Según ha publicado el diario 'El País', el secretario del Tesoro telefoneó hasta en cinco ocasiones al ministro Luis de Guindos con el objetivo de solucionar la crisis de Bankia.

Barack Obama estaba preocupado, en su mente estaban las próximas elecciones de Estados Unidos y temía una crisis económica en la que España influyera negativamente en el resto del mundo. La situación se encontraba en tal contexto que hasta la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría viajó a Washington para tranquilizar a los políticos norteamericanos.

Eran días complicados, la prima de riesgo no dejaba de subir y los bancos tenían problemas para financiarse. De Guindos tenía problemas también para actuar. El problema era insostenible, el fin de semana antes de la dimisión de Rato, el ministro de Economía se reunió con los representantes de los principales bancos.

Nadie quiso echar al político que representaba al milagro económico del Partido Popular, sin embargo, Rato dimitió al día siguiente y De Guindos se lo agredeció.