Dulce jubilación. Así definen en Italia a la nueva etapa que le espera al exsecretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone. Porque ahora que no es más que un simple cardenal en tierras vaticanas, Bertone ha decidido abandonar su residencia en el Palacio Apostólico para mudarse al Palazzo San Carlo.

Concretamente, a un ‘modesto’ ático de 700 metros cuadrados cuya reforma comenzó a finales del verano pasado. En ella se han juntado dos pisos y el espacio se ha acondicionado a conciencia según los exquisitos gustos de Bertone.

Siete meses después, las obras están a punto de terminar, a falta de dar únicamente unos retoques a la terraza de 100 metros cuadrados que otorgará al cardenal una panorámica única de la ciudad.

En su nueva residencia Bertone contará con un vecino de excepción: el Papa Francisco. Bergoglio vive en el edificio de al lado, en la Residencia Santa Marta, en una habitación doble de 70 metros cuadrados muy parecida a la que se alojó durante el conclave.

También allí viven, en estancias más pequeñas aún, los actuales ayudantes de Bergoglio y el nuevo secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin. El sucesor de Bertone, Parolin, que tomó posesión del puesto de secretario el octubre pasado, no tuvo la posibilidad de decidir si quería mudarse al lugar que le correspondía en el Palacio Apostólico, ya que a pesar de haber abandonado el cargo, Bertone continúa viviendo ahí.

La nueva residencia que ha elegido el cardenal Bertone parece no ser del gusto de muchos italianos ni tampoco del Papa Francisco que ha hecho de la pobreza y de la austeridad su forma de vida. Algo que contrasta de manera radical con la nueva casa de Bertone, diez veces más grande que la suya.

Francisco, según algunos medios italianos, estaría bastante enfadado con el cardenal, habría incluso intentado impedírselo pero, a falta de pocos días de la mudanza, le habría resultado imposible. De momento, el Papa no ha hecho ninguna declaración oficial, pero su homilía del jueves Santo, rechazó la suntuosidad y los lujos.

A pocos días de estrenar casa, Bertone se ha convertido en el funcionario del que más se habla en el Vaticano. Y teniendo en cuenta lo en serio que se toma el Papa Francisco su voto de pobreza, Bertone podrá no terminar de cuajar en su nuevo vecindario.