Quitados todos los demás, es el único plazo que le puso a su Ley. “Se aprobará antes de acabe el verano”, aseguraba el ministro Gallardón en julio.  Y no se ha cumplido. En la línea de supuestos, su verdadera apuesta, queda por saber qué nos desvelará Gallardón a partir del próximo miércoles. Porque para entonces ya habrá cerrado su otra tarea, la del referéndum catalán, y volverá de pleno a su empeño personal. Si vuelve claro.

“Es muy difícil saber dónde estaremos”, declaraba Gallardón. Justo dentro de un año inevitablemente también será verano y el fin de la legislatura estará cerca. Incluso los hay que calculan que si Gallardón quiere llegar a tiempo tiene que aprobarla sí o sí, de aquí a marzo. Y por lo visto se está complicando

“No es sencillo, es un tema delicado. Estamos trabajando en ello”, afirmó Soraya Sáenz de Santamaría. El “estamos trabajando en ello” es al menos la primera respuesta del Gobierno en cinco días a la estancada Ley del aborto de Gallardón. Cinco días de inquietante silencio, de ese que hasta se palpa y se ve.

Y quién sabe si por esa demanda de atención inesperada, pero el ministro también ha sumado puntuales apoyos. “Hay que arropar al ministro Gallardón”, aseveraba Alonso. Y sin duda necesitará estar algo más que arropado porque ni siquiera el colchón es el que era. En estos dos últimos años ha estirado demasiado las paciencias ajenas

Convencido, eso sí, de que siempre contaba con el principal respaldo. “El más importante de todos para sacar un proyecto es el del presidente del Gobierno”, aseguró. Aunque cuando el empeño hace peligrar al avalista, inevitablemente algo cambia. Porque ni siquiera en las encuestas internas del PP sale airoso Gallardón con su reforma de la Ley del aborto. Será por eso que esta semana en vez de fijar nuevos plazos ha preferido recuperar los supuestos.