Una situación desesperada para muchos griegos que sólo pueden aspirar a sacar 60 euros diarios en los pocos cajeros que dan dinero efectivo. Pero el dramatismo de esta realidad no acaba aquí, las gasolineras y los pequeños establecimientos no admiten tarjetas de crédito.

Sin poder pagar en ni con tarjeta, los griegos se encuentran en un callejón sin salida. La escasez de alimentos y medicamentos ya es una amenaza real y para tratar de evitarlo.

Los empresarios griegos ya habrían pedido al Banco de Grecia que libere el Fondo de Emergencia del BCE, según 'The Telegraph'. Quedan 48 horas para que los griegos acudan a las urnas y el Sí empieza a ganar fuerza frente al No en el referéndum convocado por Tsipras.

Si la consecuencia de un SI podría desbloquear la economía griega, un NO dibujaría una realidad incierta para el futuro.