No hay acuerdo en el aspecto económico, y tampoco en otras cuestiones de tipo social que están sobre la mesa, entre la empresa y los trabajadores, una situación que inquieta al jefe del servicio de Control y Riesgos Ambientales de la Xunta de Galicia, José Luis Fugarolas, quien puntualiza que las alertas sanitarias -86 en el día de ayer- no se circunscriben a puntos concretos del casco urbano o de la zona rural sino que ya afectan a calles, avenidas y núcleos de población enteros.
Este martes los inspectores decretaron puntos negros en toda la avenida de Fontiñas, una de las calles con mayor número de habitantes de la ciudad amurallada, y en otras vías importantes del casco urbano, como la Avenida de Coruña o la Ronda do Carme.
Tras la imagen de distintos trabajadores de locales hosteleros escoba en mano peleando por la ansiada salubridad, el colectivo que agrupa a los negociantes del casco histórico, Lugo Monumental, ha remitido una carta abierta al Ayuntamiento, a los empleados de la concesionaria Urbaser y a la propia compañía para avisar de que los días transcurridos colman el aguante de cualquiera y provocan graves pérdidas económicas.
El alcalde, el socialista Xosé López Orozco, implora que ambas partes, patronal y plantilla, se sienten a negociar las horas que sean necesarias para poner fin a este paro forzoso, porque considera que ya se ha acabo el tiempo de disculpas y que si la instantánea de los desperdicios no es más dramática esto se debe a las medidas de choque que se han ido adoptando.
Los propietarios de los diferentes establecimientos advierten de que todo tiene un límite y de que, a pesar de que a las aceras no han llegado todavía los roedores, treinta días de reivindicación resultan difíciles de soportar para una población de casi cien mil habitantes, y que al inicio de esta huelga, cuando se celebró la fiesta romana del Arde Lucus, llegó a congregar 650.000 personas.
Un portavoz de Lugo Monumental señala que la ciudadanía está realmente harta y los empresarios "cansados de ser rehenes de un conflicto privado que les ha causado pérdidas económicas que superan con mucho lo reclamado". Aunque sería lo más fácil, esta organización no "elige" un bando porque no pueden apoyar a la empresa que ha generado el problema y tampoco a los trabajadores que "se niegan a cumplir la ley" y escogen qué servicios mínimos cumplir y cuáles violar.
Tampoco es posible el respaldo al consistorio municipal, que amenaza con acciones pero consiente "impasible" que la situación se mantenga así en el tiempo. Con el hartazgo que este panorama genera, el Ayuntamiento de Lugo ha iniciado el procedimiento para rescatar la concesión administrativa y ha aprobado una sanción a la empresa de 30.000 euros -la máxima cuantía que permite la ley- por los problemas que está generando una protesta en estos términos.
Aún así, el regidor López Orozco ha reconocido en una comparecencia pública que esta misma semana habló con los responsables de Urbaser y los conminó a buscar una solución a este conflicto laboral, una petición para la que halló una "respuesta positiva", así como el compromiso de sus directivos de que van a hacer todo lo posible para que se dé esa negociación. De todas maneras, las relaciones están actualmente frías.
Representantes de Urbaser han indicado a Efe que en las conversaciones con los operarios hay "bicefalia" puesto que no hay un liderazgo sindical claramente definido, extremo que rechaza el secretario del comité de empresa, Julio Pacio, quien cree que no hay interés por parte de quienes tienen el mando en "arreglar".
Así las cosas, y a pesar de que la suciedad es evidente, el Ayuntamiento de Lugo informó de que el trabajo que ha estado desarrollando en las últimas semanas la propia empresa Urbaser, junto con el de la compañía pública Tragsa, que fue contratada para retirar la basura de los puntos con alerta sanitaria, hace que "Lugo no dé tanto la sensación de ser una ciudad con un mes de huelga". Aunque esto solamente se deba a estos parches que, en todo caso, son puntuales.
Lo rechazó y siguió siendo colaborador
Maestre relata una reunión con Ábalos en la que le ofreció la dirección de comunicación de ENAIRE: "No respondí nunca"
"Decidí seguir haciendo lo que hago", dice Maestre, que rechazó el ofrecimiento de Ábalos y Koldo durante una reunión que mantuvieron en el Ministerio de Fomento.