Una antigua fábrica de curtidos de Galicia corre el riesgo de ser derribada pese a ser una de las obras más premiadas de la arquitectura contemporánea de la región, habiendo conseguido incluso el premio de la Bienal de Venecia. José Otero, propietario de la casa, cuenta que pidió al arquitecto Víctor López Cotelo que hiciera algo original, pero siempre respetando la relación con el entorno.

El problema apareció con la denuncia de una vecina que tiene una casa en situación ilegal y que considera que si la suya hay que tirarla, la de su vecino también, aunque tenga todos los permisos.

El Ayuntamiento de Santiago consideró legal la construcción en 2011, pero ahora un juez ha cambiado aquella decisión a causa de la denuncia de la vecina. Ahora José debería tirar el 65% de la construcción, algo que "no se puede hacer", según él mismo comenta.

"Es una pena que una cosa que es patrimonio de todo el mundo sea derribada", comentaba uno de los vecinos. El Ayuntamiento de Santiago ya ha presentado un recurso al Tribunal Superior de Justicia que al menos otorga más tiempo a José.