Isabel no ha vuelto a pisar los escenarios desde que terminó el juicio en el que está imputada por blanqueo de capitales. Desde entonces, su voz sólo se ha escuchado en los tribunales. El fiscal ha pedido una pena de tres años y medio de prisión por un delito continuado de blanqueo para la tonadillera, lo mismo que para Maite Zaldívar, que también ha negado ser culpable de los delitos de la que se le acusan.

Ha dedicado todos sus esfuerzos en convencer al juez de que ella no recibió dinero alguno del que fuera su pareja, el exalcalde de Marbella, Julián Muñoz. Ella asegura que su patrimonio es fruto de su trabajo. Durante todas las vistas, sólo se la vio perder la serenidad cuando se enteró de que iba a ser abuela. Sin embargo, sus allegados aseguran que está muy nerviosa y angustiada.

Nada que ver con la actitud combativa de Julián Muñoz, que incluso llegó a enfrentarse al juez. Para él piden siete años de prisión. "Después de que me hayan metido en la cárcel por recibir 150.000 euros y no a otros que les han encontrado en paraísos fiscales muchos millones, qué queréis que os diga. ¿Confío en la Justicia?. Mañana lo veremos" declaró Muñoz.