La pesadilla de Jesús Sepúlveda empieza en marzo de 2009. Baltasar Garzón le imputa en el caso Gürtel. Le acusa de haber cobrado de la trama corrupta de Francisco Correa casi 450.000 euros en comisiones. Una trama que le habría comprado, además, un coche alta gama. Una de las empresas dependientes de Correa, Travel Group, pagó 52.000 euros por un Jaguar que acabó aparcado en el garaje del matrimonio Sepúlveda-Mato. 

Si era un imán para la trama corrupta, era porque fue mucho más que el alcalde de Pozuelo de Alarcón. Senador por Murcia, formaba parte del núcleo de confianza de José María Aznar, del llamado 'Clan de Valladolid'.

Se le pudo ver en la boda de la hija de Aznar junto a la que ahora es su exmujer, Ana Mato. Un evento en el que ambos coincidieron con los líderes de la trama Gürtel. Cuando el escándalo le salpicó de lleno dejó la alcaldía de Pozuelo. Declaraba, entonces, tener la conciencia muy tranquila.

Y volvió a trabajar para la sede del Partido Popular en Génova. Sigue cobrando porque no le han echado a pesar de la imputación. Continúa con un sueldo, pero sus problemas van en aumento.

Un informe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales deja claro que le trama Gurtel le pagaba todo tipo de viajes: billetes de avión, de tren, estancias en paradores y un largo etcétera por valor de 50.000 euros. Ana Mato se habría beneficiado de algunos.

Detalles contables de la Caja B de Correa que dibujan a un Sepúlveda agasajado a base de dinero, de coches, de billetes de avión, de fiestas para sus hijos o de bolsos de Vuitton para su exmujer.

Y hay más, las empresas de Gurtel aterrizaron en Pozuelo cuando llegó a la alcaldía, consiguieron contratos y pagaron gastos de campaña de las municipales de 2003. El juez Pablo Ruz le ha citado a declarar el próximo 13 de febrero. De momento, sigue sin hablar en público. Tampoco le hemos visto en la calle. Aunque no lo necesita, es lo que tiene poder trabajar desde casa.