Madrid inundada de basura y huelga para rato. Sindicatos, empresa y Ayuntamiento no se ponen de acuerdo, y mientras tanto los ciudadanos viven entre malos olores, calles casi intransitables y  miedo a que lleguen las ratas y las infecciones.

Desde la empresa, nueva reunión y nueva oferta sobre la mesa. La contrata rebaja de más de 600 a 179 el número de afectados por el ERE. Pero siguen manteniendo la bajada de sueldos, los cambios de turno, y, por tanto, la degradación del servicio.

Por su parte, los trabajadores dicen que no a esta nueva oferta, porque quieren evitar a toda costa los despidos. Ofrecen un ERE temporal de toda la plantilla de 18 días. Aseguran sentirse esclavizados por la empresa.

Los ciudadanos son ajenos a la huelga y sus motivos, pero la sufren en primera persona. Con los contenedores y las calles desbordadas, Madrid muestra estos días su cara más sucia. Y no sólo eso, crece el riesgo de infecciones y de que la calle se llene de roedores.