La ley del silencio reina en los municipios de O Porriño y Tui, en Pontevedra, 410 vecinos se han esfumado de un día para otro, en contra de su voluntad. El supermercado está vacío, así como el bar, e incluso en el colegio se ha notado. Han pasado ya quince días desde que dejaron sus casas y se fueran precipitadamente del que ha sido su hogar durante tres generaciones.

Son los llamados gitanos zamoranos, que convivían en armonía con el resto de familias  payas hasta que llegó el enfrentamiento con el clan enemigo, el de los gitanos gallegos.

Una disputa en la que los zamoranos, los que llaman gitanos de segunda, han salido perdiendo. Han tenido que abandonar sus casas por un conflicto sobre licencias de venta ambulante.

El Ayuntamiento de Tui quiso resucitar un mercadillo los domingos y fue entonces cuando estalló el enfrentamiento entre ambos clanes.

Ninguna adminstración ha denunciado esta situación. Una sóla persona, un vendedor ambulante, lo ha hecho ante la Fiscalía. Habla de una auténtica mafia, de una guerra de clanes y de un capo, el llamado Príncipe de los gitanos de Galicia que expulsó, dice, a cuatro chivatos del clan enemigo que estaban consiguiendo supuestamente información privilegiada del Ayuntamiento sobre estas licencias del mercadillo que se iba a abrir.

Por solidaridad les siguió el resto del clan. En total 410 vecinos, 77 niños escolarizados que han dejado las aulas a mitad de curso. Un éxodo en toda regla hacia ciudades donde tienen parientes que les puedan acoger, principalmente en Zamora. Allí tendrán que empezar una nueva vida por obligación.