Para sorpresa de muchos, su primer viaje como papa no lo ha hecho en el clásico papa móvil, sino en un vehículo negro, de cristales ahumados, que ni tan siquiera tenía la matrícula SCV1, que señala que ese coche lleva a la persona más importante del Vaticano.

Ha entrado a la iglesia por una puerta lateral, para desgracia de los fieles que se habían acercado a verle cuando por la capital italiana comenzó a trascender la noticia de que ese era el Templo que el Papa había elegido para acudir a rezar.Francisco estuvo acompañado, en todo momento, del arzobispo George y de Ludovico Melo, párroco confesor de la basílica.

Melo ha confesado a los periodistas que más que un encuentro con el papa, le parecía el encuentro con un padre, refiriéndose a la cercanía de este.La oración de Bergoglio ha sido privada y muy pocos eran los presentes en aquella breve plegaria que ha durado poco más de una hora.

Después el recién electo papa no ha dudado en saludar a la curia presente y en hacer un breve recorrido por la iglesia y, durante un momento, se ha detenido frente a la tumba de uno de sus antecesores: el papa Pio V.

Tras aquel saludo, algunos afortunados feligreses también han podido acercarse a él.Menos suerte han tenido los que esperaban su salida fuera. Bergoglio no ha salido por la puerta que se le esperaba, sino por otro lateral en el que hay un colegio muy cerca.

Los estudiantes, al verle, le han saludado y el papa ha respondido con  un breve saludo antes de subirse al coche y volver a la que es su casa desde ayer: el Vaticano.Por la tarde, a las 5, Bergoglio ha oficiado su primera misa como Papa. Lo hace en la Capilla Sixtina y frente a los 114 cardenales que hace menos de 24 horas le han elegido.