Cada día se suman más peligros mediambientales en torno a la búsqueda de petróleo en Ibiza. Además de los daños que las prospecciones sísmicas supondrían para la fauna y la flora marina, los cañonazos también podrían provocar una amenaza sísmica.

Así lo afirman, en las alegaciones, los pequeños y medianos empresarios de Ibiza, que forman parte de la plataforma Mar Blava: "En la zona se han detectado movimientos sísmicos de importancia recientemente, como el trágico terremoto de Lorca, y otros movimientos de menor importancia, que también han sido percibidos por el hombre, por lo que existe una sismicidad natural a tener en cuenta".

Algunas fuentes apuntan que el informe presentado por la empresa que querría realizar las prospecciones no hace referencia a esta cuestión. Pero cualquier fallo no sólo podría influir en los movimientos de tierra, sino también a las desaladoras de agua marina, principal fuente de abastecimiento de agua potable en Ibiza y Formentera: "En Formentera, la única fuente de abastecimiento de agua es la desalación. En caso de accidente y teniendo en cuenta el movimiento de las corrientes marinas en el Mediterráneo, Ibiza y Formentera quedarían afectadas en primera instancia por un posible derrame, principalmente en las fases de sondeo y explotación".

Este aspecto, según los expertos, tampoco aparece en el documento que la empresa de extracción de petróleo presentó en el Ministerio. Pero las dudas, lejos de resolverse, van aumentando.

Porque a unos 100 kilómetros de la costa ibicenca, concretamente entre las islas castellonenses de Columbretes e Ibiza, se encontraría un vertedero de armas. "Sabemos que existen media docena de vertederos, pero sabemos muy poco más, apenas la posición aproximada", afirma Manuel Ansede, periodista de 'Materia'.

Manuel nos cuenta las incognitas en torno a estos vertederos marítimos. En España hay seis, que habrían aparecido al arrojar al mar el excedente de armas tras la segunda guerra mundial y la guerra civil. "Era una práctica general de todos los países industrializados, que utilizaban el océano como si fuera un basurero", explica Ansede. "En el caso de España tiraban armas convencionales", apunta.

Él se pasó tres meses investigando sobre el tema, intentando que algún ministerio le dijera la fecha exacta en la que se vertió, la cantidad y el contenido: "Las fuerzas armadas no lo dicen, no sabemos cuantas toneladas de munición hay en cada vertedero ni qué tipo de munición". "Podemos suponer que son obuses, minas, pero poco más", señala.

En 'Más Vale Tarde' también hemos intentado conseguir algún dato, pero la respuesta oficial es la misma: nadie sabe nada. Lo que está claro es que los vertederos de armas en el fondo del mar suponen un gran peligro para la fauna marina, y su descomposición en el fondo del mar podría tardar millones de años.