¿Qué ha cambido en Bruselas tras cuatro días de máxima alerta?
Calles desérticas, casi sin vida. La común algarabía producida por la cercanía de la navidad es sustituida por la intranquilidad y desconfianza de quienes conviven con el ejército vigilando las calles. Los comercios y centros de educación siguen cerrados. Tras cuatro días en alerta, la vida en Bruselas parece no avanzar.
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