Cada estudio científico arroja más evidencias del contagio de coronavirus mediante aerosoles. Los espacios cerrados son especialmente peligrosos en esta pandemia, por eso Más Vale Tarde ha examinado junto al virólogo José Antonio López Guerrero los riesgos en los espacios en los que más tiempo pasamos: así se contagia el COVID-19 en casa o en un bar.
Empezamos por un caso concreto: una casa particular en la que se encuentran seis personas en un espacio medio de un salón, unos 20 metros cuadrados. Sin mascarilla ni ventilación, la posibilidad de que salgan todos infectados es cercana al 100%. Si añadimos ventilación la cifra baja al 75%.
La clave, sin embargo, está en la mascarilla. En un periodo de cuatro horas, sin ventilación pero con mascarilla la probabilidad de contagio disminuye al 25%. Si además añadimos ventilación el riesgo es prácticamente 0%: una o ninguna persona.
Pasamos a analizar la misma situación en un bar: una estancia de cuatro horas con un aforo de 15 personas y tres camareros. En caso de que no llevemos mascarilla ni exista ventilación, se podrían infectar un 60% de personas.
Sin mascarilla y con ventilación el riesgo bajaría a un 40% de contagios, de esas 15 personas se infectarían una seis o siete. Si además solo nos quitáramos la mascarilla para beber y hubiera ventilación solo se contagiarían un 10% de los presentes.
El motivo son los aerosoles. Sin hablar, la posibilidad de contagio en un sitio cerrado es pequeña. Sin embargo, el simple hecho de hablar incrementa de forma evidente el riesgo, como se puede ver en el vídeo. Al gritar o cantar el contagio es prácticamente seguro.
Además, hay que tener en cuenta que las mascarillas no solo reducen de forma drástica la posibilidad de contagio, sino que también disminuyen la posibilidad de desarrollar sintomatología por parte de quien se infecta cuando la lleva puesta.
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