Teresa Arellano, más conocida como la exsecretaria de Rodrigo Rato, se sinceró con la periodista de 'El Mundo' Lucia Méndez una semana antes de ser detenida. Y de esa conversación, sale una conclusión para la periodista: "Ella se ha dado cuenta de que no merece la lealtad. Ha tenido cierto síndrome de Estocolmo con su jefe".

Según el artículo, Teresa, de procedencia humilde, estaba totalmente deslumbrada por la importancia de Rodrigo Rato. Le sirvió con lealtad y devoción hasta tal punto, que según su versión, acabó participando en la trama de forma inconsciente.

Rodrigo Rato le pidió que firmara como administradora de una sociedad que ahora está bajo sospecha y ella firmó. "Es verdad que ella firma porque se fía de él. Él le dice: no tiene importancia, fíate de mí. Ella misma fue al notario para quitarse de administradora. Ella en el fondo es una víctima", afirma Lucía Méndez.

Teresa tardó 25 años en conocer de verdad a su jefe, y la foto que terminó de retratarle fue la de Rato en un barco, zambulléndose de un salto a las aguas de Mallorca, disfrutando tranquilo de sus vacaciones, mientras su exsecretaria llevaba meses sin cobrar.

La tranquilidad de Rato siguió inmutable cuando ella fue detenida, momento en el que "ella sin cobrar y él de vacaciones". Dos noches pasó en el calabozo antes de declarar, y veremos si lo que Teresa le contó al juez al viernes coincide con la versión de Rodrigo Rato cuando acuda a los juzgados a declarar.