Los mapaches son una especie originalmente de América, pero llegaron a España hace diez años porque la gente se los traía como mascotas particulares.
Con el tiempo los dueños los liberaron y se han ido reproduciendo hasta convertirse en esta peligrosa plaga. Pueden transmitir enfermedades, destruyen las cosechas y compiten por la comida con animales que sí son autóctonas de la zona.
"El mapache está expulsando a otras especies de la zona, muchas de ellas protegidas. Y también causa problemas entre los agricultores", ha explicado Antonio Martínez, de la asociación Jarama Vivo.
Vecinos y asociaciones del sureste de Madrid han denunciado reiteradamente a la Comunidad de Madrid la presencia de esta especie invasora que supone un peligro. El Ayuntamiento, como medida para controlar esta plaga, ha colocado algunas cámaras y trampas para cazarlos.