turismo de frontera
'Un país para viajárselo', en Sanlúcar de Guadiana, la localidad con más horas de sol de España
En esta sección, Luis Calero visita Sanlúcar y Alcoutim, dos pueblos siameses separados por el Guadiana pero unidos por la historia. Uno en España, el otro en Portugal, conectados por ferry… y por una tirolina.

Ante tanta lluvia, 'Un país para viajárselo' pone rumbo a la provincia con más horas de sol al año en toda España: Huelva. Más en concreto, a Sanlúcar de Guadiana.
Un pequeño pueblo fronterizo con Portugal, separado solo por el río Guadiana de su pueblo hermano, Alcoutim, en el Algarve. Dos localidades que parecen siamesas, reflejándose una en la otra.
En ambos lados del río se habla "portuñol", explica el guía, haciendo referencia a una mezcla natural entre español y portugués.
Entre Sanlúcar y Alcoutim no hay puente, solo un ferry que transporta a los visitantes. En apenas un minuto—lo que dura la travesía—se gana una hora, debido al cambio de huso horario entre ambos países.
Salvo durante la fiesta bienal del Contrabando, cuando un puente flotante une ambos pueblos y permite, por unos días, caminar sobre las aguas del Guadiana.
"Sanlúcar no sería nada sin Alcoutim, y Alcoutim no sería nada sin Sanlúcar", relfexiona el guia frente a las camaras de 'Más Vale Tarde'.
En Sanlúcar de Guadiana, la gastronomía se disfruta con platos como el arroz con carrillera y gurumelos, unas setas típicas de la temporada.
Pero el recorrido no termina ahí: el viaje continúa en Alcoutim. Y no solo en barco. También es posible cruzar de un país a otro en tirolina.
Víctor Alonso, de la empresa LimiteZero, explica: "Es la única tirolina del mundo que atraviesa una frontera en un minuto".
Julio Cardoso, guía turístico de Alcoutim, destaca la conexión entre ambas orillas, no solo porque muchos portugueses residen en Sanlúcar, sino porque la historia ha reforzado la unión. En 2022, se creó la marca Turismo de Frontera, con el objetivo de promocionar un destino compartido: dos países, un solo viaje.
El recorrido termina con una muestra del arte portugués más característico: el azulejo. Como recuerdo, algunos regalos personalizados cruzan la frontera, entre ellos, uno con el apellido de Iñaki López y otro azulejo para Cristina Pardo.