"Una broma, un reto"
¿Por qué hubo dos 'Gordos' en la Lotería de Navidad? Explicamos paso a paso lo sucedido
El contexto El periodista Luis Sanabria ha analizado cómo se produjo la secuencia del error que dio lugar al cante de un segundo premio gordo. Desde su punto de vista, todo se debió a un reto o broma.
El periodista Luis Sanabria ha repasado en Más Vale Tarde cómo fue la secuencia que acabó con el cante, erróneo, de un segundo premio gordo en el sorteo de Lotería de Navidad. Sanabria ha sido claro con su hipótesis y señala a que todo se debe a un tipo de prueba: "Viendo la imagen de cómo la niña lee los dos primeros premios y como al tercero sin apenas mirar la bola canta, me es inevitable pensar en un tipo de reto, broma, que me atrevo".
Desde un primer momento el sorteo comenzó con total normalidad, pero con el rigor y la precisión necesarios. Antes de que comenzasen a cantar los niños, un remolino de técnicos de Loterías y Apuestas del Estado se arremolinaron en torno a la "tomba", donde iban cayendo todas las bolas desde las liras, constatando que no quedaba ninguna de ellas en los alambres. "En la bola del premio se lee MILLS, en el resto pone MIL, por lo tanto, la confusión es compleja", ha indicado Sanabria.
Aproximadamente dos horas y media después del inicio, a las 11:27 horas, se canta y se certifica el gordo de la lotería. Pocos minutos después comienza la sexta tabla, en la que se produce el error. La niña encargada de leer los premios, canta los dos primeros observando con atención la bola y procediendo a colocarlos en el alambre. Sin embargo, a las 11:44 llega el fatídico momento. La niña coge la bola y sin mirarla, pone la mano sobre el alambre y junto a su compañera se disponen a cantar el gordo, de nuevo, pero equivocadamente.
"No, no puede ser, no puede ser. Míralo bien", le dice el técnico de Loterías. "Es que son 1.000 euros, pero un chico me ha dicho que cante...", le contesta la niña, a lo que el técnico le insiste: "1000 euros son 1000 euros". En ese momento, las redes sociales se convierten en un hervidero de conspiraciones y bulos que obligaron a la organización a publicar dos comunicados en los que aseguraron que el error se debía a los nervios y que solamente son válidos los números que se publican en las actas por la tarde.
"Hay una cosa llamativa, si uno comete un error involuntario en un sorteo como este, cuando luego sigue el sorteo, el corazón se aceleraría y caería en los errores o pidiendo un tiempo, diciendo: 'No puedo seguir'", ha analizado el periodista, al tiempo que ha concluido: "Fíjense porque una vez que canta los premios lo sigue diciendo como si tal cosa, me es inevitable llegar a esa conclusión".