Nicolás Maduro, con la intención de desviar la atención sobre el supuesto fraude electoral en Venezuela y la orden de detención contra el líder de la oposición, ha tenido una curiosa idea: adelantar la Navidad a octubre. "Este señor tiene una pedrada importante y los que le aplauden también", expone Ramoncín al descubrir la ocurrencia.

"Es un autócrata que trata de disimular todo eso que no tiene sentido", expone el colaborador. "Tratar de meter preso a alguien que ha tratado con las actas de demostrar que lo que se ha producido es un fraude le da la vuelta y el que comete el delito es el otro", reflexiona.

Ramoncín añade que en las elecciones de Venezuela se impidió que seis millones de ciudadanos pudieran votar desde fuera. "Desde el primer momento esas elecciones no han sido validas", argumenta. "Creo que pudieron votar 6.000 personas, una cosa alucinante", concluye, "aquello no valía para nada.