Aitor Goikoetxea fue escolta en el País Vasco durante los años más peligrosos de ETA. Asegura que dedicarse a eso siendo vasco "era lo más extraño". También apunta que en aquella época "éramos la región del mundo donde existía mayor densidad de protegidos y escoltas a nivel mundial".

"El ser de aquí te facilitaba saber dónde te estabas metiendo", afirma el escolta en el vídeo sobre estas líneas, donde asegura que ha visto a otros compañeros de fuera "meterse en herriko tabernas sin saber lo que es y salir apaleados".

A propósito de esto, Manuel Jiménez, también escolta y cordobés, recuerda que la primera vez que llegó a Bilbao entró en una herriko taberna para comprar tabaco. "Lo vi raro de primeras", afirma mientras explica que salió del establecimiento "para atrás": "Ni me giré, salí de espaldas, como cuando sales de un sitio y no te fías".

Richard Sanderson, por su parte, asegura que "quería ir a una herriko taberna", para lo que se hizo pasar por turista e incluso les dejó 5 euros "para la causa". "Quería ir para decir que mis cojones habían estado en una herriko taberna, para verlo in situ, meterme hasta su cocina", comenta. Para él, una herriko taberna era "un centro donde se reunían por la noches para que les dieran unos canutos y un poco de dinero para tirar alcantarillas y quemar cajeros, la kale borroka".