Jordi Évole habla con varias temporeras sobre las denuncias por acoso y abuso sexual que han presentado algunas compañeras contra los manijeros, los encargados del campo.
"Uno de los problemas que tienen es que no tienen vehículo de transporte. Las fincas están alejadas, a ocho kilómetros de los núcleos urbanos, y las dejan allí. Ves las carreteras secundarias llenas de mujeres que van andando al pueblo para el locutorio a hablar con su familia, para comprar, para tomar un café", afirman.
De esta forma, resaltan que las mujeres son violadas, algo que "lleva pasando mucho tiempo": "Vamos a ver, pasa el resto de España con mujeres europeas y occidentales que salen a una discoteca a tomarse una copa, imagínate mujeres que vienen que no entienden el idioma y que están tiradas en medio de un campo y van andando por medio de los campos ellas solas".
Además, explican que ha habido pocas denuncias "porque el idioma no lo entienden y por la cultura que tienen". "Imagínate lo que significa para una mujer con la cultura musulmana que le pase eso", dicen a Jordi Évole.
"En lo que se refiere al acoso sexual, lo que las temporeras nos trasladaron es que su jefe entraba en las habitaciones cuando ellas estaban ahí, sin su permiso. Entraba, incluso, cuando se estaban duchando", explica la abogada de la Organización Internacional 'Women's Link'.
Además, Aintzane Márquez explica que "les hacía como un gesto en la cama como de 'siéntate aquí conmigo'" y que las temporeras le contaba "que, por ejemplo, cuando están trabajando, los espacios son muy reducidos y que él pasay las toca".
La abogada de la Organización Internacional 'Women's Link' tiene una respuesta para todos aquellos que alegan que las denuncias que las temporeras ponen a sus jefes por abusos sexuales se realizan para lograr quedarse en España: "Ellas lo que quieren es venir a trabajar. Y si ellas denuncian, no van a poder volver en temporadas siguientes".
Además, Aintzane Márquez afirma que "el miedo está en, precisamente, denunciar por el riesgo que corren en su país por dicho estigma": "Yo creo que la discriminación también está en que ellas no pueden salir hablando abiertamente de su caso, que tengo que salir yo".
Antonio Luís Martín 'Curi', empresario fresero, habla con Jordi Évole sobre las denuncias que varias temporeras han puesto a varios manijeros, los encargados del campo, por abusos sexuales: "Yo tengo una manijera. Me gusta que sean las mujeres con las mujeres. Con el tema de los manijeros, de que se meten con las mujeres, los abusos que dicen que hay. Así que yo no tengo un hombre por si acaso".
"Los abusos, el invento este que he visto. Yo pienso más a lo mejor en otras cosas y que tergiversa la información de gente que viene por la noche a merodear por los campos", afirma 'Curi'. Unas palabras que dejan tan sorprendido a Jordi Évole. "¿Qué buscan?", pregunta el periodista al empresario. "Buscan la carne. La carne humana, ¿qué van a buscar?", responde tajante 'Curi'.
"Estando embarazada se metió su manijero dentro de la casa y le dijo 'friki-friki', que es la palabra del campo con la que pide que se acueste con él", explica una joven a Jordi Évole sobre el acoso que vio en primera persona de un encargado a una temporera.
"Entonces, la mujer, según como ella pudo explicarle, porque no sabe hablar español, le dijo que no, que estaba embarazada y que era Ramadán, que no la podía tocar; él le dijo que no pasaba nada, que le podía hacer otras cosas", continúa la mujer.
"Si no te perdonas a ti mismo..."
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