En Ciutat Meridiana de Barcelona se llega a la situación de 50 desalojos porque es un barrio con las viviendas muy baratas. En el año 2000 tuvieron 11 inmobiliarias donde se ofrecieron pisos de 50 metros cuadrados por 250.000 euros, pisos sin ascensor, sin balcones… “Ahora si consigues 40.000 has conseguido un gran precio”, comenta Manuel.
Lo que han hecho ante tal problemática ha sido “en cuanto les desalojan, se van”. Lo que ha hecho la Asociación de Vecinos ha sido paralizar el desalojo. Intentan convencer a la gente que no es un fracaso personal “es una lucha colectiva en la que estamos luchando contra lo que ha sido un fraude inmobiliario”, explica.
Presionan a los bancos con repercusión mediática, haciendo campañas poniendo pancartas en los balcones que decían: “el banco ‘tal ‘patrocina el desahucio de esta familia”. También negocian con el banco a nivel individual y a nivel colectivo “para darles la dación en pago y el alquiler social”, comenta Manuel.
Lo primero que les dice a los afectados es que “si han de comer que no paguen la hipoteca”. Que prioricen otras cosas. Y es que se ha encontrado con familias que “para poder pagar los libros del niño, han dejado de cenar durante un mes”.