Mientras el NO-DO no tenía reparo en informar de las huelgas de mineros en Europa, en Langreo, Asturias, tenía lugar la revuelta que más desestabilizó al franquismo y que el Régimen intentó tapar: la 'Huelgona' de 1962.
En el vídeo sobre estas líneas, laSexta Columna conversa con Vicente Gutiérrez Solís, uno de los mineros asturianos que desafiaron al poder del dictador. A sus 90 años, recuerda que "estábamos en una precariedad tremenda porque había problemas de seguridad en el trabajo, problemas de agua y al mismo tiempo la subida de la vida, había muchas cosas que no se podían comer porque no había pasta".
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Este hombre, que fue fundamental para que la huelga se extendiera por Asturias, también explica cómo fue su detención: "En comisaría estuvieron dándome cuatro días y cuatro noches para que cantase quiénes estuvieron en la reunión". Cuando la revuelta llegó al resto de España, la dictadura declaró el estado de excepción, además de mandar a su ministro a negociar con los huelguistas. Los mineros habían doblegado al Régimen y Vicente salió de la cárcel, pero en pago por tanta lucha, fue deportado junto a 125 mineros más a Soria durante un año entero.