Olivas fue un destacado miembro del PP valenciano. Un hombre de Zaplana que fue consejero de Economía, vicepresidente e, incluso, presidente de la comunidad durante unos meses.

Era un habitual en los actos del partido. De president pasó a dirigir Bancaja y, por supuesto, la convirtió en el brazo financiero del PP.

Su compromiso con el Gobierno era tal, que Bancaja ha participado en todos los grandes fiascos de la Comunidad. Terra Mítica, La Ciudad de la Luz, la de las Artes, el aeropuerto de Castellón o la empresa que gestionaba la carrera valenciana de Fórmula 1.

Las consecuencias estallan con la crisis. En 2010, Bancaja busca su salvación en Madrid. Olivas y Rato llegan a un acuerdo para fusionar Caja Madrid y Bancaja junto a otras cinco entidades más pequeñas. Nace así un monstruo con pies de barro llamado Bankia.

Cuando Bancaja desaparece, entre seis directivos se reparten 11 millones en indemnizaciones. Aurelio Izquierdo, mano derecha de Olivas, tenía una compensación de 14 millones.