laSexta Columna
Bombas y diamantes: en las entrañas del 'Gran Israel'
¿Por qué es importante? laSexta Columna entrevista en Israel a Daniel Rowe, un rabino ortodoxo, para entender la visión de futuro del Estado judío.

"Cada niño es como un diamante. Así que, cuantos más, mejor". Lo dice un padre de siete hijos que se siente afortunado. Y que también es rabino en Jerusalén. Daniel Rowe, que se autopercibe "en algún lugar entre lo ortodoxo y lo ultraortodoxo", se trasladó desde Londres con su extensa familia a un Israel en guerra. Justifica mayoritariamente las acciones de Netanyahu, así que es inevitable preguntar si su símil entre diamantes y niños se aplica también a los niños palestinos.
Rowe aclara que está rotundamente en contra del asesinato de civiles, "y creo que el 99,9% de los rabinos están tan convencidos como yo". Si deja fuera a ese 0,1% es porque le pedimos su opinión sobre las declaraciones de otros rabinos que justifican el asesinato de niños en Gaza. Daniel se reafirma: estos extremistas no representan la fe judía y convertirlos en sus portavoces sería un error.
Pero no son los rabinos los que tiran las bombas sobre hospitales y escuelas. Son las instrucciones de Benjamin Netanyahu, un economista ateo que complace a los sectores más radicales que le permiten mantenerse en el poder.
La religión "le sirve políticamente, pero a él le da igual", dice Shlomo Ben Ami, exembajador de Israel en España y exministro de Exteriores. Acusa a Netanyahu de ser "un sinvergüenza" que financia sin control a la comunidad ortodoxa para que le den su apoyo. "Es un canalla político que ha roto este país, ha fragmentado esta sociedad para gobernar. No tiene escrúpulos en utilizar todos los medios posibles. Todo vale".
Ben Ami predice, pese a todo, el fracaso de Netanyahu. Confía en que caerá si quedan "anticuerpos sanos en la mente colectiva de los israelíes para evitar que vuelva a ganar unas elecciones". Y también cree que fracasará el plan de Trump –bendecido por Netanyahu– para vaciar Gaza, desplazar a su población y convertir la Franja en la idílica "Riviera de Oriente Próximo". Para laSexta Columna, 'La Riviera MAGA'.
Este desalojo forzoso, que el experimentado periodista Javier Espinosa describe como "un plan de limpieza étnica", forma parte del proyecto que el programa bautiza como 'El Gran Israel': la expansión del territorio hasta convertirlo en la potencia hegemónica e incontestable de Oriente Próximo.
Una promesa reiterada en la Torá y el Antiguo Testamento: "A tu descendencia entregaré esta tierra, desde el Nilo hasta el Éufrates" (Génesis 15:18-21), "poco a poco los echaré delante de ti, hasta que te multipliques y tomes posesión de la tierra" (Éxodo 23:30), "será vuestro desde el desierto hasta el Líbano, desde el Éufrates hasta el mar occidental" (Deuteronomio 11:24) o "echaréis a los moradores de la tierra y habitaréis en ella, porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad" (Números 33:53). Son solo algunos ejemplos en los que las Sagradas Escrituras son cristalinas en este asunto.
Pero a Trump, más que la Biblia, le interesa el dólar. "Hablamos de un crimen de lesa humanidad como si fuese un negocio inmobiliario", dice Espinosa. "Si se quiere expulsar a los palestinos, evidentemente se tendría que continuar con el genocidio que ya se ha ejecutado parcialmente en Gaza. Y eso implicaría decenas más de miles de muertos".
Ya sea el dinero, el pretexto de la seguridad o la adicción al poder de un líder mesiánico, el mandato divino pesa en las calles de Jerusalén. Núria Garrido, corresponsal de laSexta, se adentra en el barrio ultraortodoxo de Mea Shearim, donde se le exige vestir con recato. "Esta es nuestra tierra desde hace miles de años. Está en la Biblia, no hay duda sobre eso", afirma uno de los pocos viandantes que accede a atender a nuestra compañera. "No me siento seguro entre palestinos, pero aquí sí". "¿Crees que los palestinos te quieren matar?", pregunta la periodista. "Sí. Tal vez no todos... pero casi".
En las entrañas del 'Gran Israel' la escala de grises es reducida. Ocurre con los dictados del cielo, escritos hace siglos y demostradamente eficaces a la hora de dirigir a las sociedades. La complejidad se gestiona con mandamientos simples y rotundos. Uno de ellos, "creced y multiplicaos", se cumple desde el Génesis. Con una media de 2,9 hijos por mujer, Israel es hoy el país de la OCDE con la tasa de fertilidad más alta, muy por encima de la media del organismo (1,5 hijos) y más aún de la media española, por debajo de 1,2.

El componente religioso es muy notorio al observar los datos: hoy son los judíos los que más contribuyen a la alta tasa de fertilidad, según el Centro Taub de Estudios de Israel.

El mandato del Génesis lo menciona también Daniel Rowe para explicar la alta natalidad, que aborda desde otro ángulo: "Creo que tras el Holocausto alcanzó una nueva dimensión. Hay un sentido de reconstrucción".
Es precisamente la reconstrucción, pero de Gaza, la que acapara ahora la atención del tándem Trump-Netanyahu. Dos líderes que llaman a "aprender de la historia" para no cometer los mismos errores mientras califican de "idea fenomenal" el desplazamiento forzoso de la población y coordinan la ruptura del alto el fuego con nuevos bombardeos sobre Gaza. Bombas que mezclan los escombros con el polvo de los diamantes.