Por el tiroteo que acabó con un policía muerto y una investigación plagada de irregularidades, Salvador Puig Antich entró la prisión de la Modelo de Barcelona un 2 de octubre de 1973. Tenía 24 años, uno más que su carcelero, Jesús Irurre, que llegó a la penitenciaría poco después que Puig Antich.
En el vídeo sobre estas líneas, laSexta Columna entrevista al propio Irurre, que recuerda que le mandaron a la celda del condenado a muerte por su carácter severo con los presos. "Salvador había matado a un policía, para mí era un enemigo", afirma.
Aquella aversión de Irurre por Puig Antich duró meses, hasta que un balón cruzó este patio y llegó al funcionario. Irurre cuenta que el baloncesto les hizo "romper el hielo". Luego llegarían los paseos y las partidas de ajedrez. "No se puede mantener un tiempo tan distante con una persona que sabes que tiene una pena de muerte. Empiezas a conocerlo más en profundidad y te das cuenta de que tienes algo que dar y él ya no te ve como un carcelero", comenta.
"Me atreví de vez en cuando a pasarle un periódico, también le pasé un transistor para escuchar música, que allí conocí yo a los cantautores", confiesa Irurre, que ayudó a Puig Antich a pasar mejor su tiempo en la cárcel, mientras que Salvador, directamente, le cambió la vida: "Luego fui secretario general de CCOO en Ibiza y siempre he trabajado por el derecho de los trabajadores y de los presos", afirma.
Villacís o Ayuso, ejemplos
El escritor Mauro Entrialgo explica qué es el 'malismo', o la "ostentación del mal como propaganda para conseguir beneficios"
Mauro Entrialgo es un dibujante y escritor que en su último libro habla del 'malismo', una tendencia que se basa en "chulear de tus propias maldades con el objeto de conseguir un beneficio, que puede ser comercial, electoral, o monetario".