Ante la falta de inversión en investigación médica, la salida de muchos científicos pasa por el aeropuerto. Unos lo llaman fuga de cerebros, otros movilidad exterior. Los que se quedan en España tienen que recurrir al crowfunding para recaudar fondos que les permitan investigar. Algunos centros científicos consiguen sobrevivir año a año, otros ni eso.
Los científicos se apuntan al crowfunding para intentar sobrevivir