Como en una novela del XIX todo comenzó en un molino. El 17 de marzo de 1996. Ese día Aznar ganó las elecciones pero sin mayoría absoluta y el PP necesitaba una novia o 
varias y Jordi Pujol era la mejor candidata. De ahí, que Aznar empezara la reunión diciendo "tengo interés de pactar pero no a cualquier precio". Una intención muy similar a la de Pujol.

Son una pareja conservadora y por ello esperaron a consumar en un hotel con clase. En concreto, en el Majestic de Barcelona. Finalmente CIU apoyó al PP en Congreso.

"CIU y PP son la misma derecha pero con diferente bandera", considera el expresident de la Generalitat José Montilla. Lo cierto es que CIU ha respaldado las medidas más difíciles del Gobierno actual en el Congreso, pese a que no hacía falta, ya que el PP tiene mayoría absoluta. Mientras en Cataluña, el PP ha votado a favor de los presupuestos de CIU.

Pero lo más llamativo de este raro matrimonio está en los ayuntamientos, ya que PP y CIU gobiernan en coalición en municipios que se han declarado independentistas. 
"En muchos de estos lugares se trata de hacer más una labor de gestión y por ello en muchos casos gobernamos con Solidaritat, ya que el objetivo se centra en entender la 
problemática", asegura Manuel Reyes, alcalde de Castafells.

Por su parte, el PSOE es un poco más complejo, ya que federalismo es un concepto más complejo que unidad de España o independencia. Admemás, si Catalunya se fuera del país, el PSOE sería el partido más perjudicado y por tanto, sería muy difícil que el "ista ista ista España es socialista" se repitiera, ya que su victoria en las generales de 2008 se debió en gran medida a las urnas catalanas.

"El camino hacia la independencia estárá lleno de dudas y creará una situación de incertidumbre", considera el candidato del PSC, Pere Navarro.