La gran revolución de estas elecciones es que los europeos, por primera vez, elegiremos a nuestro presidente. Al actual presidente de la Comisión, Durao Barroso, le eligieron a puerta cerrada los presidentes de los Estados miembro. Algo que, parece, se acabó. Era una investidura poco realista, como si de un Papa se tratara. Se reunían y elegían a un dirigente que directamente designaban.
Este año se elegirá al presidente de la Comisión en base a los resultados de las elecciones, algo que no había pasado hasta ahora. El día 26, con los recuentos, veremos si se puede dilucidar de ahí. Los dos principales candidatos a presidir Europa son Jean Claude Juncker y Martin Schultz.
El primero, Juncker, es el candidato del Partido Popular Europeo. Es conocido como "el viejo zorro" y ahí está su principañ habilidad: su experiencia. Ha sido presidente del Eurogrupo, que reúne a los ministros de Economía de la Unión. Además, es un ferviente defensor de la austeridad. Entre sus puntos débiles destaca el haber sido durante 20 años el primer ministro de Luxemburgo, el principal paraíso fiscal de Europa. Además, también ha estado en el foco por algunos escándalos de espionaje.
Al otro lado del 'ring' está la opción de los socialistas, Martin Schultz, también conocido como "el librero". Defiende a ultranza las políticas del estímulo, lo contrario a lo de su contrincante. Entre los puntos débiles, las amistades peligrosas: Angela Merkel. Y lo es porque su partido gobierna en coalición con ella en Alemania.
El partido que gane las elecciones propondrá a su candidato a presidir la Comisión. Al menos en teoría, porque a Angela Merkel no le hace mucha gracia este sistema de elección. Pese a que fue ella misma la que lo firmó, ahora dice que se lo ha pensado mejor. En una entrevista al Der Spiegel, por ejemplo, asegura que si se elige así al nuevo presidente del Consejo "le corresponderían potestades muy distintas de las actuales", y añade que "esto cambiaría el equilibrio de la UE".
Pero no es la única voz discordante. El primer ministro británico, David Cameron, está dispuesto a bloquear al que gane. Además, sea quien sea el presidente elegido por el Parlamento, tendrá que ser aprobado por los jefes de Estado y de Gobierno en el Consejo, que tienen poder para rechazarlo.