Los dependientes han sufrido otros recortes más allá de su ley. Han visto reducidas sus pensiones y ahora también pagan por algunos medicamentos, la teleasistencia por los audífonos, las muletas o las sillas de ruedas y hasta por las ambulancias de transporte no urgente.

La última idea se llama privatización. Por un lado, derivando a los afectados hacia la empresa privada. "Queremos derivar gran parte de la actividad hacia el sector empresarial porque es lo sensato, hay muchas empresas que se dedican a ello, es un sector maduro que hace un magnífico trabajo".

Los niños del colegio Adarve, cerca de Madrid, están sufriendo las consecuencias de la búsqueda de rentabilidad en la dependencia.

Hace 5 años, la gestión pasó de una ONG a una empresa. Según los padres, su único plan fue dejar de invertir. Como otros padres decidieron llevarse a sus hijos, el centro ya no es rentable.

Los nuevos dueños estudian cerrarlo aunque, según la empresa, siguen buscando soluciones para evitarlo. Si eso pasa, ellos se quedarán en la calle. Otra vía hacia la privatización de la depencia es fomentar los seguros al estilo de los planes de pensiones.

La alternativa es la inversión pública en dependencia. Muchos expertos sostienen que además es rentable. La Dependencia se vendió como el cuarto pilar del Estado del Bienestar.

Hoy no se mantienen en pie ni éste ni los otros tres pilares: La sanidad, la educación y las pensiones también han sufrido recortes.