Tras el tiroteo durante la detención de Salvador Puig Antich, el policía Francisco Anguas, de la misma edad que Salvador, está muerto. Sin embargo, sus compañeros esperan poder salvarle cuando lo llevan al hospital junto a un también malherido Puig Antich. "Le atravesaron la mandíbula, otra bala le entró por aquí, por el hombro, y al policía, también", recuerda Carme Puig Antich a laSexta Columna en el vídeo sobre estas líneas.
En esos pasillos los policías se amontonaban con ganas de venganza. Gutmaro Gómez Bravo, catedrático de Historia en la Universidad Complutense, explica que "los médicos del hospital de Barcelona tienen que cerrar las puertas, porque los compañeros del policía parece ser que quieren sacar a Puig Antich y, literalmente, 'darle un paseo por Montjuic'".
Sin embargo, el periodista Jordi Panyella señala que "los médicos se negaron, Salvador no salió ese día del Clínico. Quedó ingresado, atado de una mano y un pie con esposas a la cama de la habitación donde estaba convaleciente".
"Pasábamos miedo"
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