En Alemania, algunos seguidores de la extrema derecha no están por la labor de la concordia. Cuando la candidata del partido verde alemán, Yvonne Mosler, intentaba poner sus carteles para estas elecciones europeas, se lo impedían con gritos de "borra esa foto, maldita perra verde", "¡Heil Hitler!" o "¡Abajo esta basura!". Los agresores gritaban consignas a favor de AFD, Alternativa Para Alemania, un partido que defiende incluso abandonar la Unión Europea con su propio 'Dexit'.  

Sin embargo, líderes como Marine Le Pen ya no apuestan por la salida. Como Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, quiere que el proyecto comunitario vire hacia sus postulados. La presidenta de la Comisión, Ursula Von del Leyen, del Partido Popular europeo, parece abrirle las puertas. 

"Giorgia Meloni en Europa ha jugado con cartas europeas, ha tenido una posición sobre Ucrania inteligente, no ha hecho guiños a Rusia como en el pasado, pero dentro tiene las típicas políticas de la agenda ultra", comenta Claudi Pérez, director adjunto de 'El País', que recuerda que también "el propio Feijóo lo defiende desde hace más de un año" y que "eso sería una sacudida de gran calibre sobre los consensos que han permitido más de 60 años de estabilidad".  

"No creo que podamos dejar fuera a una parte importante de la ciudadanía europea", apunta por su parte José María Beneyto, director del Instituto de Estudios Europeos, que defiende que "si hay un movimiento hacia unas posiciones más conservadoras, vamos a intentar que no se radicalicen y formen parte de nuevos consensos", si bien asegura que "yo preferiría que ese consenso tuviera lugar en el centro, que es como funciona mejor".