Aunque Elon Musk vende una imagen de niño grande que va de simpático, no siempre cae bien. Junto a Berlín, un grupo de ecologistas ocupó un bosque para frenar la construcción de una megafábrica de Tesla que ha supuesto la tala de centenares de miles de árboles.

En Suecia, los mecánicos de Tesla están en el centro de una huelga desde hace más de 10 meses que es ya la más larga de la historia del país "porque Elon Musk se niega a firmar un convenio con ellos", explica en el vídeo sobre estas líneas Carlos del Castillo. El periodista también señala que "el sindicato de mecánicos ha puesto en huelga prácticamente media Suecia", desde transportistas a estibadores, si bien asegura que Musk "no parece que vaya a claudicar": "Es un empresario dispuesto a todo con tal de boicotear a los sindicatos".

"Ha hecho labores antisindicales despidiendo a personas que estaban intentando organizar a los trabajadores de sus empresas en varias ocasiones", apunta el periodista, mientras que un fan declarado del empresario, Alejandro Sahuquillo, sostiene que "él cree y dice que la forma más eficiente de trabajar y que consigue mejores beneficios para todos es no estar sindicado".

Para reforzar su postura antisindical, Musk se vende como el primer trabajador ejemplar de sus empresas "siete días a la semana y echando horas locas". Incluso Alejandro, declarado admirador de Musk, después de hablar con trabajadores del magnate para su libro, reconoce que un poquito explotador, sí es. 

"Hay muchísimos testimonios de gritos, de humillaciones, de exigir jornadas larguísimas, 100 horas semanales y cosas de esas a los empleados", explica Javi Salas, jefe de la sección de Tecnología de El País, que destaca el dato de que en su empresa de cohetes, SpaceX, "tiene una tasa de accidentes laborales que multiplica por siete veces la del sector": "Mete una presión tal a sus empleados que pone en riesgo su propia vida", sentencia.