Los enemigos deIsabel Carrasco nacen de una forma de ejercer el poder digna del 'estilo feudal'. "Sobre Isabel decían que era la reina de León y a ella no le molestaba que se dijera eso", comenta en el vídeo sobre estas líneas el periodista Javier Calvo, fundador de Leonoticias.

"Era un poco un cacique del siglo XXI", apunta por su parte su colega Susana Martín, que señala que "se sabe en la sede de la diputación que había funcionarios que estaban castigados en el destierro. Te ponían un despacho en una torre, sin ordenador, sin acceso a nada y ahí te podías aburrir o te podías deprimir". 

Su poder venía, sobre todo, de la diputación, donde manejaba un presupuesto millonario. "Le permitía controlar toda la provincia, controlar todos los medios de comunicación, controlar muchísimas empresas por el nivel de adjudicaciones que daba la propia institución y hacerlo de forma discrecional", afirma Calvo. 

"En Isabel Carrasco todo es ambivalente, sabía ser encantadora con quien ella quería y podía ser auténticamente destroyer", señala Angélica Rubio, exjefa de Informativos de la SER en León, sobre Carrasco, que no dudaba en llevar llamativos collares o en vestir lejos del estándar clásico de las reuniones con altos cargos. 

Aquel poder se convirtió en temor y eso le generó muchos enemigos. "Infundía temor, respeto e infundía angustia, incluso, en algunas circunstancias y en algunas personas", comenta Miguel Ángel Álvarez, exsecretario general de Caja España. "Todo el mundo conoce a alguien a quien Isabel Carrasco le arruinó la vida, o a su hijo", asegura Susana Martín.