Diamantes 'de sol'

La fábrica de diamantes sintéticos de Leonardo DiCaprio en Trujillo, o cómo las renovables pueden impulsar a la España despoblada

"Esta es la primera empresa de producción de diamantes con huella de carbono cero", comenta Eugenio de Arriba, natural de Trujillo y jefe de planta de 'Diamond Foundry', que en este vídeo explica cómo ese proyecto ha transformado su pueblo.

"Esta es la primera empresa de producción de diamantes con huella de carbono cero", comenta Eugenio de Arriba, natural de Trujillo y jefe de planta de 'Diamond Foundry', que en este vídeo explica cómo ese proyecto ha transformado su pueblo.

El atractivo de energía más barata que ofrece España por las renovables ya ha llevado a una empresa americana a un pueblo de la España cada vez más despoblada: Trujillo, en Extremadura. 

Hace dos años comenzaan las obras de una fábrica pionera que promete traer 700 millones de euros de inversión a la zona. Detrás de estas instalaciones que ya han empezado a funcionar hay un famoso inversor muy concienciado con el medio ambiente: Leonardo DiCaprio.

Hace casi 20 años, DiCaprio protagonizaba 'Diamante de sangre', que ponía el foco en la procedencia de muchos de los diamantes que se veían en los países ricos. Ahora, el actor ha invertido en una compañía que garantiza su origen, porque los diamantes que acaban de empezar a salir de la fábrica de Trujillo son sintéticos. 

laSexta Columna habla con Rafael Benjumea, presidente de 'Diamond Foundry' en España, cuya experiencia viene precisamente del sector de las renovables. Explica que lo principal para la fabricación de estos diamantes es la electricidad "24 horas durante 7 días a la semana".

Para garantizarse el suministro, la empresa va a levantar en esta zona una planta fotovoltaica de 120 megavatios con la que aprovechar las 3.000 horas de sol al año de Extremadura. 

Eugenio de Arriba, jefe de planta de 'Diamond Foundry' y oriundo de Trujillo, considera que este innovador proyecto va a servir, incluso, para que los vecinos que han emigrado buscando oportunidades laborales puedan volver a su tierra. 

Sin embargo, no todos los habitantes están contentos, porque las 22 torretas que llevarán la luz a la fábrica cuando no haya sol, estropean el paisaje. Además, algunos vecinos temen que la empresa llegue a tirar de agua potable cuando esté a pleno rendimiento.