¿Por qué durante estos cuatro años, no ha conseguido el 15M hacer realidad sus propuestas? Según el CIS, durante la acampada, 8 de cada 10 españoles llegaron con el movimiento. Sin embargo, el 15M no logró atraer a una gran mayoría más allá de las plazas. O quizás esa mayoría se alejó cuando vio los disturbios del 25S. O, tal vez, se aburrió antes.

El 15M definió su método como "asambleario abierto". Miles de personas participaban en cada plaza. No fue fácil organizarse. El aplauso y el rechazo se expresaba en lengua de signos. Para tomar decisiones, se exigían consensos muy amplios. Un ejercicio de democracia cristalina, directa, al que la gente estaba poco acostumbrada.

¿Hasta qué punto esas asambleas democráticamente impecables impidieron al 15M alcanzar acuerdos concretos y avanzar? Pese a estos mecanismos poco efectivos, esas eternas asambleas abiertas se convirtieron en un símbolo de los indignados.

Otra gran seña de identidad fue la no violencia. El 15M enalteció la resistencia pasiva con actos de desobediencia civil, pero siempre pacífica. Hubo paz hasta el 25 de septiembre de 2012. La convocatoria pretendía rodear simbólicamente el Congreso, la Policía blindó la cámara y un pequeño grupo de manifestantes traicionó la esencia del 15M. Esta vez, su bandera fue la violencia.

Desde entonces, algunas de las movilizaciones han contado con algunos grupos aislados dispuestos a reventarlas. ¿Ayudó la violencia a sepultar al 15M? Tras el 15M, la calle se agita. En 2011 hubo más de 20.000 manifestaciones. Pero es que en 2012 el número se duplica, y en 2013, apenas se reduce.

Desde la Transición, España no había vivido tantas movilizaciones.Y justo en ese momento, el Gobierno propone una nueva ley. La ley de seguridad ciudadana, la Ley Mordaza. Una norma que regula precisamente los nuevos métodos de protesta heredados del 15M.

¿Fue una reacción del Estado ante la calle? Buscamos la respuesta en el Ministerio del Interior, le preguntamos al Secretario de Estado de Seguridad… ¿Es la ley mordaza una ley anti 15M?

"No, no. En absoluto. Si se hace contra algo es precisamente contra la violencia, contra la violencia en distintas manifestaciones y para proteger la seguridad ciudadana. Por tanto, no es una ley anti15M ni se hace contra nada ni contra nadie, salvo la violencia", explica. 

El punto 4 que hace referencia a una forma de protesta que nació después del 15M, o que tiene que ver con el 15M que es como se obstruyen los desahucios a las autoridades cuando intentan desahuciar a una persona.

"Bueno, vamos a ver: la palabra desahucio no creo que aparezca en el articulado", afirma Francisco Martínez Vázquez. “Pero es verdad que, quien pretende evitar la ejecución de una resolución judicial. Eso ya estaba contemplado como una infracción", sentencia.  

"No nace como una reacción a eso sino como consecuencia de que la Policía, la Guardia Civil, que de alguna manera aportan su experiencia a la hora de redactar esta ley dicen bueno: en qué casos se está infringiendo la legalidad y de qué manera se puede recoger mejor en una nueva ley supuestos que ya estaban contemplados como infracción de una manera muy imprecisa o muy vaga. Vamos a ser más detallados. Ahora la regulación es más detallada, más casuística. Sí, eso es así".