En la estrategia de despiste a las tropas de Franco a lo largo de los Pirineos de la 'Operación Reconquista', uno de los protagonistas fue el comandante Francisco Cavero. Su bisnieto, Alfonso, cuenta que "era un hombre de acción y sus camaradas decían que era un hombre muy altruista que siempre buscaba el bien común". 

Muy cerca de su pueblo, Canfranc, el bisabuelo de Alfonso había combatido con el ejército republicano hasta el final de la contienda y después, en Francia, consiguió volar con explosivos el puente de Escot, parando así el suministro de un material estratégico para los nazis: wolframio. 

Francisco y sus camaradas provocaron que soldados nazis huyeran a España a través del túnel de Somport: "Se entregaban en el puesto de carabineros y pasaban a estar detenidos", explica Alfonso.

Con este curriculum 'cazanazis', el bisabuelo de Alfonso decidió que había que volver a luchar una vez más por liberar España de Franco. Con su compañía, penetraron en territorio español por el Pirineo navarro a modo de distracción. Así el valle de Arán estaría menos vigilado. 

Sin embargo, la Guardia Civil les estaba esperando: "Fueron emboscados con artillería, morteros, durante ocho días estuvieron haciendo frente", cuenta Alfonso.

Finalmente, Francisco Cavero y sus guerrilleros lograron retroceder a Francia y esconderse en bordas de pastores, pero ni siquiera la frontera detuvo a las tropas de la dictadura, que les siguieron hasta territorio francés. Alfonso recuerda que en una de las bordas se produjo un tiroteo, en el que su bisabuelo murió. "Su cuerpo fue recogido por su camaradas y fue enterrado con honores militares en el pueblo de Mumur", afirma. 

Con su sacrificio, el bisabuelo de Alfonso había cumplido su misión, despistar a las tropas franquistas de la verdadera invasión: la del valle de Arán.