Isabel Carrasco fue pionera en eso de la España que madruga. Se vendía como una currante, pero detrás de esa imagen de mujer multitarea, se ocultaba un asunto algo sospechoso.  La presidenta de la Diputación de León, concejal y presidenta del PP regional era capaz de repartir sus días empleada en 12 trabajos diferentes. 

Sin embargo, Carrasco saltó a la fama fuera de León porque se descubrió que entre todos aquellos empleos cobraba casi 160.000 euros al año. "Tenía sueldos por todas partes", apunta la periodista Susana Martín en el vídeo sobre estas líneas.

Uno de aquellos ingresos extra venía de la entidad financiera regional, Caja España. Miguel Ángel Álvarez, secretario general en aquel entonces, fue testigo de su control absoluto. "En el Consejo de Administración donde yo estaba, se respiraba un ambiente de esperar el beneplácito de Isabel", comenta a laSexta Columna, donde también afirma que "ella estaba controlando lo que decía la gente, y además haciendo ostentación de que se supiera que lo estaba haciendo".